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La antropología de la IA

· 2 min de lectura
ferran figueredo

Estaba escuchando un podcast sobre inteligencia artificial y me ha parecido super interesante una reflexión de Javier Recuenco:

Al final terminarán siendo unas cosas de ricos y otras cosas de pobres. Y la gente que pague dinero tendrá acceso a las capacidades de la inteligencia artificial, lo cual hará agrandar la desigualdad. La desigualdad no tiene que ver con decisiones politicas; es que hay distancia entre gente que crea valor y gente que no crea valor, que antes era mano de obra para el sistema pero el sistema cada vez necesita menos mano de obra.

Quizás tenemos tendencia a pensar que el acceso a la IA será una tecnología para todos, pero coincido en que creo que no será así. El que tenga dinero pagará mejores modelos y el que no tenga dinero no tendrá acceso a ellos (o a peores modelos).

En un primer momento, me gusta ver la IA como un "potenciador de habilidades", por lo que quien tenga mejores herramientas para incrementar su productividad tendrá una clara ventaja respecto al que no. La consecuencia de ello es que se dispará todavía más la brecha entre el primero y el último.

Me parece una consecuencia maldita, porque tengo tendencia a pensar que las mejoras nos aplican siempre a todos y "la humanidad" mejorará en su conjunto; pero nada más lejos. La media podrá mejorar respecto a la actual, pero será a costa de que el 100 en el futuro sea 1000, no de que el 10 esté más cerca del 50.